lunes, 5 de noviembre de 2012

¡Cuando el tiempo no acompaña!


                                                   
        El domingo 4 de noviembre era mi última tirada larga antes de la maratón de Valencia. Después de vestirme y estar desayunando sobre las 7:30 de la mañana, empecé a escuchar como caía un buen aguacero y que iba a ser difícil salir a correr.
Aun así me fui con el coche para ir a inspeccionar si había llovido bastante por la noche y efectivamente fue lo que me temía: los caminos impracticables y la carretera llena de enormes charcos y además el cielo no tenía aspecto de darme tregua durante 2 o 3 horas.

        Es incomprensible, pero sentía rabia y frustración por no poder machacar mis piernas durante 30 km. Esta sensación creo que se tiene porque durante varios días antes, estás preparando psicológicamente a tu cuerpo para realizar este esfuerzo y de repente le mandas el mensaje de que no va a ser este día, sino que probablemente será mañana o pasado.

        El balance positivo de todo esto es que si hubiera salido a correr con chubasquero seguramente hubiera pillado un buen resfriado y que he aprendido que después de cada noche amanece un nuevo día en el que poder machacarte.

        El entreno del domingo lo pase al lunes y creo que todavía lo cogí con más ganas. Al salir del trabajo a las 17:00 me metí 30 km de running en 2 horas y 33 minutos, con un desnivel acumulado de 540 metros. Seguro que entrenar a 950 metros de altitud se nota positivamente porque en Valencia correré a nivel del mar.



Aquí cuelgo los datos del garmin por si queréis ver más detalles:

http://connect.garmin.com/activity/240943347

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