Ironman lo definen como atleta
con volutad de hierro, y creo que de ésto voy bien servido… por lo que aquí
estoy de nuevo para dar guerra.
Bastantes me habéis comentado que
por qué no he colgado la crónica del Ironman de Frankfurt… el motivo
básicamente ha sido por falta de tiempo.
Ya comenté a finales de junio que
antes del ironman me encontraba excesivamente cansado, mi entrenador me comentó
que era la sensación que debía tener.. y que la bajada en el volumen de
entrenos iba a producir una supercompensación… pero a
mí no me encajaba del todo. Juan
me decía que el también se sentía cansado pero no tanto como yo le describía.
“ A toro pasado” creo que se
juntaron dos motivos principalmente: El primero fue la adaptación al calor del
mes de junio y el segundo más importante… me había pasado de rosca en el mes de
mayo : Seguí al pie la letra los entrenos pero creo que fueron demasiados…
resultado: Llegué a Frankfurt entre algodones…
Voy a intentar resumir lo máximo
la experiencia vivida. Como era de esperar no he visto hasta la fecha tal despliegue
logístico para una prueba de triatlon. Estamos hablando en letras mayúsculas de
franquicia IRONMAN :, carretillas, obreros, andamios, alfombras rojas…. feria
del corredor, y sobre todo triatletas enfundados con lo mejor del mercado…
Os habrá pasado seguramente la
sensación que os voy a contar:
A pesar de que
sabes que vas bien preparado, el ambiente en ocasiones te sobrepasa , porque
solo ves a triatletas con tatuajes ironman, con ruedas de palos o lenticulares,
ropa compresiva hasta las orejas y que a pesar de que faltan tres días para la
prueba parece que vayan a correr dentro de unas horas.
El viernes por la tarde salimos a
correr unos 40 minutos por las orillas de río Main , que a su vez sería por
donde transcurriría la maratón. El ambiente era impresionante, de motivación
íbamos sobrados , eso sí, prometía que el domingo iba a hacer bastante calor y
humedad.
El viernes por la mañana fuimos a
recoger nuestras bicis que llegaban con biketransport y luego estuvimos todo el
día visitando Frankfurt ; por supuesto
metiendo más kilómetros de la cuenta en las piernas… pero es algo que tenía
asumido: el ironman para mí tiene que ir acompañado de turismo y de pasar
buenos ratos con familia y amigos.
Sábado por la mañana hicimos los checking correspondientes.
Hasta el sábado por la tarde todo
fue bajo lo previsto, no me eché siesta para intentar dormir bien por la noche
y la cena la teníamos reservada en un italiano para las 20:00. Aquí fue donde
ser truncaron los planes, acabaríamos de cenar a las 22:30 y estaba en la cama
a las 23:00 con el despertador puesto a las 4:30.
Dormí bien, sin nervios, me
desperté y me tomé un zumo, una magdalena grande y un bocata de nocilla. No
quisé desayunar en exceso.
Subimos al autobús y dirección al
lago“Langener Waldsee” que estaba a una media hora de
Frankfurt (12 km)
. Durante el trayecto el silencio y la tensión que se respiraba era acojonante.
Al llegar al lago estaba
amaneciendo, dejamos todo preparado , visita al baño y al agua; al bajar Juan y
yo tuvimos la suerte de ver a nuestras familias, lo que me tranquilizó bastante
saber que habían podido llegar a tiempo (pudieron subir en los muchos de
autobuses que pone la organización para familiares).
Decidimos ponernos escorados a la
derecha y estar flotando en el agua (hubo muchos que optaron por esperar de pie
en la rampa de salida y salir por el centro), las boyas era imposible verlas,
por lo que en lo alto de una montaña había colocado un hinchable de Power Bar.
A las 6:59 nos sobrevolaba un helicóptero que nos dijo : Three, Two , One …
Lets go ¡¡¡… Era el momento de la verdad.
Empecé a nadar
con mucha calma, sabía que tenía una recta de unos 1000 metros y tengo que
reconocer que el hecho de nadar con 3.000 triatletas era una situación que por
momentos me tenía preocupado. Sentí un tanto de ansiedad, pero conforme iba
nadando me fui tranquilizando, a punto de llegar a la primera boya comencé a
oír ruidos y gritos, no sabía porque, al instante yo también estaba boceando…
¿Cuál era el motivo?...
Estabamos a
punto de llegar todos a la primera boya y era imposible encontrar sitio,
intentaba desplazarme a la derecha para tomar la boya por fuera pero era
imposible, de hecho , en algún momento intentaban hacerme sandwich alemán pero
les daba medicina nacional.
Pasada la
primera boya, llevaba el pulso acelerado y no conseguía llevar una brazada con
buena frecuencia. La primera vuelta de 2.300 metros se me
pasó rápida (ahora no recuerdo en cuanto tiempo la hice)… pasé por el arco de
meta y otra vez al agua… cuando piensas que casi tienes la prueba de nadar es
cuando se te hace eterna esta primera parte… en la segunda vuelta me desorienté
en exceso, de hecho un piragüista me tuvo que parar porque me iba del grupo …Al
salir del agua había marcado un tiempo de 1:12. ( Mi tiempo pronosticado era de
1:10 a 1:15 así que bien).
Al salir del
agua vi a Teresa y me animo bastante. La transición fue lenta pero es que era
muy larga. No sé como, pero se pasa el tiempo volando. Hice unos 10 minutos de
transición y para mí se pasó como un suspiro.
Cogi la bici y
a por los 180
kilómetros. Quería marcarme un buen tiempo en este
sector , pero al principio fui muy conservador. Desde el lago hasta Frankfurt
eran 12 km
y picando hacía abajo ( podías rodar a 40 km/h y mantener la
velocidad fácilmente).
Todo el tiempo
iba reservando fuerzas, pero esta primera parte fue la que más me gustó ,
íbamos rodando por una autopista con 4 carriles y bosque a los lados…
increíble¡¡¡¡
En los márgenes
de la autopista había alemanes con sus barbacoas portátiles, bebiendo cerveza y
animando…
Pasado
Frankfurt había que pasar por continuos pueblecitos en los que parecía una
continua fiesta , todos gritando y diciendo tu nombre; recuerdo que había otro
pueblo donde su suelo era adoquinado, había que sujetarse bien al acople sino
querías terminar en el suelo.
Faltaban unos 10 kilómetros para
llegar otra vez a Frankfurt cuando por fin llegué a la temida y ansiada cuesta
“el rompecorazones”… intento recordar como fue ese momento y puedo deciros que
no se olvida… Dejan un pasillo de un metro y la subida tiene como unos 500 metros (ahora se
como se sienten Contador y cia jjajajaj).
Al terminar la
subida, avituallamiento y bajada hasta Frankfurt y vuelta a empezar una segunda
vuelta.
En el kilómetro
105 me junto con Juan, me dice que va un poco bajo de fuerzas, intento animarle
para que coja mi ritmo, voy mirando para atrás y veo que no me acompaña , le
insisto pero me dice que tire para adelante (no me preocupo porque se que tarde
o temprano me pillará en la maratón).
Poco a poco veo
como se me van los minutos y la subida 'The Heartbreak Hill (rompecorazones)
no la subo con la misma chispa…
Los últimos 10 km resucito y empiezo a
meter otra vez buenos tiempos, imagino que sería por el subidón de adrenalina
al pensar que empieza la maratón…
Al llegar a la
transición nos recogen la bicicleta los voluntarios y cojo mi bolsa … a pesar
de tener todo automatizado –( vaselina en los pies, rellenar geles 226 ers en
el cinturón, encender el garmin, y ponerme crema solar ) se me va una minutada…
10 minutos ¡¡¡¡
Empiezo la
maratón tratando de controlar el ritmo, mi idea era ir a 5 min/km. A los 5 kilómetros paso a
Pete Jacobs (ganador del ironman de Hawaii 2012), aunque no penséis que lo
adelanté, sino que estaba parado porque había petado, el calor era horrible…
Pensé para mí “si esté ha reventado que me puede pasar a mí ¡¡¡
Los
avituallamientos eran cada kilómetro y medio , en éstos había de todo … lo más
pedido sin duda era las esponjitas que te daban la vida.. me las ponía en la
visera, en la nuca y los hombros… es muy agradable cuando notas como cae el
agua fresca por la espalda…
Iban cayendo
los kilómetros y el ritmo lo llevaba según lo previsto, en el kilómetro 14 me
adelantó Juan, vi que llevaba un ritmo más alto y no hice por seguirle.
Cada vez veía
más gente andando, la temperatura iba subiendo, y había mucha humedad porque
corríamos al lado del río, aunque también se agradecía cuando corriamos a la
sombra de los árboles… El ambiente era inmejorable (creo que leí en el
post-ironman ) que alrededor de 500.000 personas se echaban a la calle para ver
el evento. A un lado y a otro veías a gente tumbada en el cesped tomando el
sol, comiendo, animando …
Hasta el
kilómetro 21 todo fue bien, llevaba 1:50 al paso por la media maratón, pero no
sé que ocurrió que a partir de este kilómetro empezó una nueva carrera… los
objetivos ya no eran tan ambiciosos (empezaba el verdadero ironman)… me
proponía correr y en cada avituallamiento hacerlo andando… tuve que ponerme
hielo en los cuadriceps para evitar calambres, tomar paquetitos de sal, cada 10
minutos estirar para evitar que se me acalambraran los cuadriceps…
Veía a Teresa y
los padres de Juan cada 10
kilómetros aproximadamente, pero hay que decir que era
como un soplo de aire fresco, me daban ánimo constantemente …¡¡¡ Pienso que
casi es más duro estar 10-15 horas viendo a un familiar hacer un ironman que
hacerlo uno mismo ¡¡¡
Del km 21 al 30
los ritmos fueron bajando pero sabía casi con seguridad que si todo iba bien
podía acabar la maratón en 4 horas.
Después de
llevar 3 horas de maratón, me pasó algo con lo que no contaba: al tirarme los
vasos de agua por la cabeza, pasar por debajo de las duchas que nos
refrescaban, estrujarme las esponjas por el cuerpo… los calcetines los llevaba
empapados y la vaselina de los dedos de los pies no hacía efecto ¡Las ampollas
pronto empezarían a salir¡… decidí parar , escurrir los calcetines de agua y
secarme los pies…
Cada 45 minutos
me tomaba un gel con cafeína y tomaba sales… Hasta aquí todo bien, pero del km
32 en adelante la maratón no fue nada constante… visita al baño, correr, parar
para estirar… así continuamente. Llegué al kilómetro 38 en 4 horas… eran las
17:00, la humedad era palpable, cientos de triatletas andando, me quedaban cuatro
kilómetros para llegar y mi objetivo de hacer la maratón en 4 horas se
desvaneció… por fin, me dieron la última pulsera… empecé a correr por orgullo
propio pero al kilómetro tenía que parar a andar, los calambres y amagos de
subir todos los músculos del cuerpo era inminetes..
Uno de los
mejores momentos fue al enfilar la recta que me conduciría al arco de meta
finisher. Sobre una alfombra roja fuí corriendo a trote para saborear mejor
esos 300 metros,
chocaba manos de una marea humana que se agolpaba a cada lado del pasillo,
antes de entrar aprete el puño sabiendo que todas las horas de soledad,
disfrute, tiempo restado a familia y amigos había merecido la pena.
Mi foto final
fue reventada por una “señorita” que tuvo la genial idea de retroceder para
atrás y destrozarme mi entrada en solitario… ahora que han pasado varios meses
el enfado se me ha pasado y viéndolo de forma positiva me ha servido como
excusa para intentar volver a cruzar otra vez el arco de meta de un ironman.
Mis tiempos
previstos eran estos:
Natación: 1:10
– 1:15 al final 1:12
Bici: 5:30 –
6:00 al final 5:40
Maratón: 4
horas al final 4:23
Las
transiciones horribles pero el tiempo pasa muy rápido: en total 20 minutos
Tiempo final:
11 horas 40 minutos ; mi próximo objetivo será bajar de las 11 horas.
Rumbo Ironman
Zurich 2014 ¡¡¡¡¡
Genial!!! Me acabas de recordar todo otra vez y se me pone la piel de gallina....
ResponderEliminarMucha suerte en tu nuevo proyecto...
Un abrazo amigo!
felicidades david me alegro de que sigas siendo tan deportista y de paso feliz cumpleaños.
ResponderEliminarde parte de tu ex-alumna laura
David sigues teniendo esta pagina? No sabemos como contactar contigo. Somos
ResponderEliminarSomos Paula Fernández y Paula Mejorado. Tus alumnas de 5 y 6 de primaria en el Antonio Machado. Te localizamos desde hace tiempo, y nos gustaría saber que tal estas. Un saludo David!!!
ResponderEliminar